El Instituto de Medicina Genómica (IMEGEN) ha recibido el reconocimiento como spin-off de la Universitat de València. A partir de este momento, la institución académica prestará apoyo a la empresa para su consolidación y transferirá el conocimiento en el campo de la biomedicina para su aplicación al diagnóstico y la clínica por parte de la nueva spin-off.
Ubicada en el Parc Científic de la Universitat de València, IMEGEN es una empresa innovadora de base tecnológica, que tiene como principal objetivo el desarrollo y la comercialización de productos y servicios analíticos en el campo del diagnóstico molecular y del pronóstico de enfermedades humanas. Su actividad se dirige fundamentalmente a los sectores de la salud humana y la biomedicina. De manera complementaria, desarrolla una cartera de productos y servicios de diagnóstico molecular para el sector agroalimentario.
La empresa cuenta con un equipo humano liderado por seis científicos, todos ellos biólogos doctores. Su director científico, Manuel Pérez Alonso, es profesor titular de Genética de la Universitat de València, donde fundó el Laboratorio de Genética Molecular del Desarrollo. En su laboratorio de la universidad, ha desarrollado más de veinte proyectos de investigación financiados por diversos organismos nacionales e internacionales, y tres patentes biotecnológicas que han sido transferidas a la industria biofarmacéutica. Entre sus contribuciones al área de la Genómica, destaca su participación en tres consorcios internacionales de secuenciación de genomas. “Es importante que los científicos seamos conscientes de la importancia de transferir el conocimiento generado para atender a las auténticas necesidades de la sociedad”, comenta. ”El Instituto de Medicina Genómica aplica el conocimiento que hemos adquirido en el campo de la Genómica. Hemos desarrollado ya miles de análisis genéticos que permiten diagnosticar enfermedades genéticas infrecuentes, o raras, que constituyen un verdadero drama social”, añade Pérez Alonso.
Con la incorporación de esta firma biotecnológica nacida hace tres años, la institución académica ha puesto ya su sello sobre once iniciativas empresariales promovidas por miembros de la comunidad universitaria y cuya actividad de negocio se basa en la explotación de los resultados de la propia investigación. “En el campo de la biotecnología aplicada a la medicina, la universidad necesita un puente hacia la clínica y la obtención de nuevos fármacos; de lo contrario, el proceso de transferencia queda incompleto”, ha señalado Ana Cortés, directora de la OTRI. “Para aprovechar ese conocimiento y aplicarlo a la mejora del diagnóstico y de la salud de las personas, no hay mejor vía que una spin-off”, concluye.