En la actualidad, el 80% de las plantas de tratamiento de aguas residuales que están operando en Europa están basadas en procesos de fangos activos. Son procesos biológicos en los que los microorganismos existentes, gracias a un aporte externo de oxígeno, llevan a cabo la eliminación de materia orgánica en aguas residuales. Estas estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) dependen de la estabilidad y de la eficiencia de este proceso biológico para no devolver aguas indebidamente tratadas al medio receptor, lo que supondría una amenaza ambiental y de salud pública.
Las EDAR están obligadas a tratar todas las aguas que llegan a sus instalaciones. Y algunas de ellas pueden contener vertidos no controlados cuyas sustancias nocivas -como metales pesados, pesticidas u otros compuestos químicos u orgánicos- inhiben o dañar gravemente estos procesos biológicos.
El proyecto Life Bactiwater, que lleva a cabo el Grupo Global Omnium y en el que participa ADM Biopolis, instalada en el Parc Científic de la Universitat de València, ha demostrado que es posible acelerar la recuperación de estos procesos biológicos cuando son dañados por vertidos incontrolados mediante la detección prácticamente inmediata. Ello, por tanto, evita la descarga al medio ambiente de aguas residuales indebidamente tratadas y alcanza los objetivos de desarrollo sostenible.
“Durante un año hemos monitorizado el microbioma de seis depuradoras ubicadas en la Comunidad Valenciana, Aragón y La Rioja. Hemos analizado qué ocurre nivel microbiano tanto en depuradoras de la vertiente mediterránea como en la parte continental norte de España, en las que las condiciones atmosféricas y de temperatura son diferentes. Con todos los datos obtenidos hemos generado modelos estadísticos y predictivos para detectar las especies clave que actúan en cada proceso correlacionado con los datos atmosféricos y si había ocurrido un vertido natural o no”, explica Juan Francisco Martínez, corresponsable del proyecto en ADM Biopolis junto con Silvia Segarra. De esta identificación microbiana, ha surgido un kit de diagnóstico basado en microorganismos clave para la detección temprana de disfunciones en el proceso biológico de la depuradora.
“Además”, añade Silvia, “hemos obtenido un inóculo bacteriano, formado por cinco bacterias, resistente a la presencia de sustancias nocivas y capaz de recuperar el estado natural de las EDAR”. Este conjunto de bacterias puede servirse a las depuradoras en estado líquido o liofilizado (polvo), “lo que facilita su almacenamiento y su aplicación”. Actualmente, tras probarlo a escala piloto en la depuradora de Quart Benàger, se está planificando su uso en diversas operadas por el Grupo Global Omnium.
Este inóculo se ha demostrado eficaz para garantizar el cumplimiento de los objetivos y los límites de calidad en depuradoras ubicadas en zonas de segundas residencias. Estas EDAR suelen tratar durante gran parte del año una carga significativamente inferior de contaminantes que, de manera repentina -asociada al aumento de la población- se ve incrementada.
“En estas instalaciones el proceso biológico necesita adaptarse a la nueva situación y ello puede suponer la descarga temporal de vertidos incorrectamente tratados al medio receptor. En estos casos, la aplicación del inóculo ha demostrado ser una solución efectiva, permitiendo acortar el periodo de adaptación de las bacterias contenidas en el reactor biológico y acelerar, por tanto, la recuperación del proceso. Ello conlleva una reducción del consumo energético y el cumplimiento de los límites de vertido”, subrayan Silvia y Juan Francisco.
ADM Biopolis es una empresa especialista en la búsqueda, el diseño y el desarrollo de microorganismos para fines industriales y relacionados con la salud. Para desarrollar productos innovadores, su I+D se fundamenta en una serie de plataformas de investigación orientadas a comprender la compleja relación entre el microbioma y la salud. Su tecnología de secuenciación le ha permitido identificar y comprender la diversidad microbiana.