La Generalitat, a través de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, que dirige Nuria Montes, financia el desarrollo de un sistema de alerta temprana y bajo coste para identificar la presencia del hongo Botrytis cinerea en los cultivos de vid antes incluso de que se observen los primeros signos de infección.
Este sensor portátil, similar a los empleados para la detección del COVID-19, facilitará la lucha contra dicho patógeno, que causa la podredumbre de los racimos, y merma considerablemente el rendimiento y calidad de las cosechas.
El proyecto, denominado BotVid-SENSOR, está coordinado por el Instituto de Biología Integrativa y de Sistemas (I2SysBio), ubicado en el Parc Científic de la Universitat de Valencia (PCUV); en colaboración con Instituto Agroforestal Mediterráneo (IAM), adscrito a la Universitat Politècnica de Valencia; la empresa ValGenetics, alojada en el PCUV, y La Unió Llauradora i Ramadera.
El objetivo principal de BotVid-SENSOR es el desarrollo de un sistema portátil, que pueda usarse en el campo por personal no especializado, y que facilite la detección temprana, rutinaria y de bajo coste de este hongo, que es responsable de una de las enfermedades fúngicas más dañinas y extendidas, conocida como la ‘podredumbre gris’
La iniciativa cuenta, además, con el respaldo económico del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i) y financiación de la Unión Europea en el marco del programa FEDER Comunitat Valenciana para el periodo 2021-2027.
El objetivo principal de BotVid-SENSOR es el desarrollo de un sistema portátil, que pueda usarse en el campo por personal no especializado, y que facilite la detección temprana, rutinaria y de bajo coste de este hongo, que es responsable de una de las enfermedades fúngicas más dañinas y extendidas, conocida como la ‘podredumbre gris’.
De este modo, se pretende dotar a los agricultores de una herramienta fiable que permita monitorizar el estado del viñedo para actuar contra este patógeno antes incluso de que la infección se manifieste de forma visible en la planta. Es precisamente en esta fase inicial cuando los tratamientos son más efectivos, lo que elimina a su vez la posibilidad de una aplicación innecesaria.
Otra de las ventajas de esta tecnología de alerta temprana es que puede incrementar la efectividad de los tratamientos con agentes de biocontrol y bioestimulantes, lo que se traduce en un aumento de su competitividad frente a los fitosanitarios de síntesis, tanto en precios como en resultados.
De hecho, el equipo técnico que trabaja en esta iniciativa lo considera una oportunidad para expandir el uso de estas medidas sostenibles de control de enfermedades más allá de las explotaciones de viticultura ecológica.
Cooperación con resultados prometedores
Este consorcio multidisciplinar integra a todos los agentes necesarios para hacer frente a este reto, incluidos los usuarios finales, que están representados a través de la Unió Llauradora y Ramadera.
Los institutos de investigación I2SysBio y IAM aportan, por su parte, el conocimiento científico necesario para combatir este problema a través de los grupos de Regulación mediada por RNAs no codificantes y de Hongos Fitopatógenos; mientras que la visión empresarial que ha de facilitar la adaptación y transferencia de la tecnología al sistema productivo la proporciona ValGenetics, una empresa especializada en el desarrollo de estrategias globales en sanidad, genética y mejora vegetal.
Hasta la fecha, no solo se han identificado los marcadores más precisos de la infección, sino que se ha optimizado el proceso de detección en sensores portátiles a partir de extractos de planta y se ha diseñado un protocolo de procesado de muestras en el campo. También se ha presentado dicha tecnología a grupos de productores con el fin de recabar sus opiniones y sugerencias para la incorporación de mejoras o la adecuación a sus necesidades.
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