Los materiales de conversión ascendente -upconversión- tienen la capacidad de emitir luz en la región visible o ultravioleta, partiendo de fotones de menor energía, y son útiles para gran diversidad de aplicaciones en sectores como la energía, la óptica o la fotónica. Desde hace más de dos décadas, los nanomateriales basados en lantánidos -metales denominados comúnmente ‘tierras raras’- rivalizan con los micromateriales -más convencionales- para agigantar con sus múltiples posibilidades los avances en estos campos. Una característica fascinante, por ejemplo, de los nanomateriales es la capacidad para distribuir los átomos en formaciones inusuales, lo que permite modificar las propiedades del material en beneficio de un interés determinado, superando a los materiales convencionales. Es la mecánica cuántica sobreponiéndose a la clásica.
Sin embargo, uno de los grandes problemas de la upconversión es la baja eficiencia de emisión de luz de los materiales utilizados, en especial si se trata de nanopartículas, puesto que obtener fotones de alta energía a partir de fotones de baja energía es un proceso contra natura. Superar este hándicap supone, desde hace años, un reto para la ciencia de los materiales.
Un equipo internacional de investigación, con participación del Instituto de Ciencia de los Materiales de la Universitat de València (ICMUV), ubicado en el Parc Científic de la Universitat de Valencia (PCUV), acaba de conseguir nanopartículas de lantánidos mucho más eficientes para la conversión óptica ascendente, superando la capacidad lumínica de los materiales convencionales.
El trabajo, recién publicado en la revista Nature Photonics, demuestra que un control preciso del tamaño del dominio -es decir, de la capa intermedia de la nanopartícula de lantánidos- aumenta la eficiencia del nanomaterial hasta superar la de sus homólogas a escala micrométrica. “Todo se debe a un efecto de tamaño único en los materiales luminiscentes basados en lantánidos, debido a una transferencia de energía de largo alcance que conduce a un impresionante rendimiento cuántico de conversión ascendente, convirtiendo hasta un 26% de los fotones” explica José Marqués-Hueso, investigador distinguido-senior Beatriz Galindo, en el ICMUV, y cofirmante del artículo. “Hemos utilizado algunos átomos como sensibilizadores especializados en absorber la excitación y transferir la energía al átomo emisor para que produzca luz. Lo hemos hecho sintetizando nanopartículas en forma de cebolla de tres capas, con una precisión casi atómica”, detalla Feng Li, investigador en el Harbin Institute of Technology (China) y primer firmante del artículo. “Las ventajas son innegables ahora para la bioimagen, la optogenética, la nanotermometría, la nanoscopia de superresolución y tantas otras aplicaciones tecnológicas prácticas, con cuyas exigencias no se podía cumplir hasta ahora a causa de los bajos niveles de eficiencia lumínica de estos nanomateriales”, comenta Langping Tu, de la Chinese Academy of Sciences (Changchun, China) y coautor del trabajo.
“Hemos utilizado algunos átomos como sensibilizadores especializados en absorber la excitación y transferir la energía al átomo emisor para que produzca luz. Lo hemos hecho sintetizando nanopartículas en forma de cebolla de tres capas, con una precisión casi atómica”, Feng Li, investigador en el Harbin Institute of Technology y primer firmante del artículo
Liderado por el Harbin Institute of Technology (China), el proyecto cuenta con la participación de la Universität Bern (Suiza), la Heriot Watt University de Edimburgo (Escocia) y la Universitat de València (España).
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