El viernes 7 de marzo, el Parc Científic de la Universitat de València (PCUV) acogió la IX Jornada de las Mujeres en la Ciencia, en el marco de los actos conmemorativos del 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer. El evento, organizado por las comisiones de Igualdad de los institutos de investigación del Parc Científic de la Universitat de València (PCUV), fue inaugurado por Pedro Carrasco, director del PCUV; Sylvia Martínez Gallego, vicerrectora de la UV; Rosa Monchales, directora de la Unitat d’Igualtat de la UV; y Eugenio Coronado, director del Instituto de Ciencia Molecular (ICMOL).
En la primera parte, Pilar Goya Laza, investigadora del Instituto de Química Médica (IQM – CSIC), ofreció una ponencia con carácter histórico sobre la mujer y la química. La jornada continuó con una mesa redonda, "Mujeres en Ciencia", en la que participaron la investigadora Pilar Goya junto con Amparo López Rubio, directora del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA); Emilia Matallana Redondo, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular en la Universitat de València y exdirectora del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio); y Berta Rubio Barroso, destacada experta en física nuclear experimental y ex vicedirectora del Instituto de Física Corpuscular (IFIC).
"Los hombres continúan teniendo un mayor apoyo de sus supervisores y con más recursos para investigar. En cambio, las mujeres enfrentan más acoso y estrés", Pilar Goya, investigadora del CSIC, sobre las desigualdades persistentes en la investigación científica
Uno de los temas clave abordados durante la mesa fue el liderazgo femenino en el ámbito científico. López Rubio destacó la importancia de fomentar el liderazgo en las mujeres: “Es un área que debemos potenciar. Las mujeres tenemos que romper la barrera de preguntarnos si seremos capaces de llevar a cabo los proyectos”. En esta misma línea, Matallana reflexionó sobre cómo el liderazgo no debe interpretarse como una imitación del estilo masculino. “Me han dicho que soy muy madre en mi forma de liderar, pero yo les respondía: ¿Qué problema hay en eso?”, explicó.
La conciliación laboral y familiar fue otro de los temas abordados. Rubio relató una experiencia personal: cuando se quedó embarazada, su jefe le preguntó por qué iba a dejar su trabajo, ya que en ese momento se asumía que la carrera científica era incompatible con la vida familiar. Matallana coincidió en que la maternidad tiene un impacto mucho mayor en las mujeres que en los hombres, subrayando la necesidad urgente de medidas de conciliación, como la creación de guarderías en empresas y universidades, una medida que calificó como “esencial”.
"El gran reto fue asumir que no podía ser 100% eficiente en todo", Emilia Matallana, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular, reflexionando sobre la autoexigencia y la conciliación entre vida personal y profesional
La discriminación laboral contra las mujeres sigue siendo una realidad, especialmente en la investigación. Goya señaló que los hombres aún reciben más apoyo de sus supervisores y cuentan con mayores recursos para investigar, mientras que las mujeres enfrentan más acoso, dificultades con la conciliación y mayor estrés. Por su parte, Matallana reconoció que, aunque nunca sufrió una discriminación directa, la autoexigencia fue un desafío personal constante: “Yo misma me pedía explicaciones y me comparaba con mis compañeros. El gran reto fue asumir que no podía ser 100% eficiente en todo”. Además, Goya animó a las estudiantes a presentarse a premios y galardones, ya que, según ella, las mujeres suelen sentir más pudor a la hora de postularse.
Como herramienta fundamental para superar estos prejuicios, las ponentes coincidieron en la importancia de la educación. Rubio lamentó la creciente disminución de mujeres en áreas como la física, señalando que existe un sesgo social que desalienta a las niñas a optar por ramas científicas. “Es crucial empezar a divulgar desde los colegios”, señaló. Matallana añadió que es esencial que las jóvenes cuenten con referentes actuales y “mujeres normales”, sin necesidad de recurrir a figuras históricas como Marie Curie.
“El precio de la libertad es la eterna vigilancia. Es crucial vigilar que las cosas no retrocedan y asegurar que haya una paridad vigilante”, Berta Rubio, exvicedirectora del Instituto de Física Corpuscular (IFIC)
En cuanto a las políticas públicas, López opinó que, aunque a veces las medidas de igualdad son excesivas, su implementación sigue siendo fundamental para evitar el rechazo, especialmente entre los más jóvenes. En este sentido, Goya apuntó que las medidas proactivas son necesarias, aunque a menudo se enfrentan a obstáculos, como la reticencia de algunas mujeres a postularse a cargos solo para mujeres.
Rubio, por su parte, defendió la necesidad de las cuotas de género para corregir los sesgos que afectan tanto a hombres como a mujeres al formar equipos. Aunque consideró estas medidas como “parches”, sostuvo que el objetivo a largo plazo es eliminar la necesidad de las cuotas.
Las ponentes coincidieron en que, pese a lograrse avances significativos en la representación de la mujer en la ciencia, persisten desafíos importantes. En un contexto mundial cada vez más polarizado, las expertas advirtieron que los avances en igualdad podrían verse amenazados. “El precio de la libertad es la eterna vigilancia. Es crucial vigilar que las cosas no retrocedan y asegurar que haya una paridad vigilante”, concluyó Rubio.
Revive la jornada del Día Internacional de la Mujer en el PCUV
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