El Proyecto Innotransfer Agroalimentación, que llevan a cabo los cinco parques científicos de la Comunitat Valenciana bajo la coordinación de la Fundació Parc Científic de la Universitat de València y con el apoyo de la Agencia Valenciana de Innovación, busca impulsar la innovación en este sector a través de colaboraciones entre empresas y centros y departamento de investigación. Con este propósito, pondrá el foco en los próximos meses en conseguir atender a los retos que exigen la valorización de residuos, la mejora de la hortofruticultura y la seguridad alimentaria de los envases.
Para ello, y después de recopilar a lo largo de 2020 más de 90 propuestas de innovación, la FPCUV ha organizado una serie de webinars temáticos para promover dichos matchings. El primero de ellos se ha centrado en 7 propuestas de especial interés empresarial para las agroalimentarias que quieran apostar por la valorización de los residuos que generan.
Una de ellas es la que propone la investigadora Chelo Escrig, de AIMPLAS Instituto Tecnológico del Plástico. El suyo es un proyecto de valorización de subproductos con alto contenido en celulosa como cargas y fibras en matrices de biopolímeros. Para esta iniciativa, busca la colaboración de cooperativas agrícolas, empresas de productos de plasticultura y empresas fabricantes para equipamientos en granjas y piscifactorías. En concreto, ha detallado cómo encapsulan extractos y aditivos naturales con diferentes funcionalidades (antioxidantes, antimicrobianos, fungicidas y anti germinativos) para su uso en productos de plasticultura biodegradables y/o compostables
En esta línea, Luis Cabedo, investigador del Grupo de Polímeros y Materiales Avanzados (PIMA) de la Universitat Jaume I, apuesta por la valorización de residuos agroalimentarios de naturaleza lignocelulósica como materia prima para otras industrias. Ha explicado cómo sustancias lignocelulosas pueden ser incorporadas en matrices poliméricas. Empresas del sector de envases podrían colaborar con su proyecto de I+D+i
María José Esteve, del Grupo Nutraliment de la Universitat de València, ha informado de cómo lleva a cabo la extracción de compuestos bioactivos de residuos agroalimentarios mediante tecnologías con menor impacto medioambiental -cómo son los ultrasonidos- y la utilización de disolventes sostenibles. Utilizan solventes sostenibles para obtener extractos a partir de residuos agroalimentarios, en concreto los que genera la industria citrícola.
Por su parte, el equipo de investigación del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC (IATA) que lidera Teresa Fernández-Espinar ha propuesto a empresas agroalimentarias valorar el potencial antioxidante de sus residuos y/o subproductos para decidir la conveniencia de embarcarse en estudios de funcionalidad que den un carácter diferenciador a sus desechos. Y Amparo López, investigadora que dirige el grupo de envases del IATA-CSIC, ha explicado cómo pueden generar oleogel a partir de polisacáridos disueltos en residuos acuáticos. Busca colaboración de empresas alimentarias para su uso como sustitutivo de grasa saturada y de empresas biomédicas para formular oleogel con bioactivos para aplicaciones de administración controlada.
Dos empresas biotecnológicas también presentarán mañana soluciones para la valorización. Manel Porcar, presidente de Darwin Bioprospecting Excellence, ha detallado su propuesta para que empresas del sector agroalimentario y de gestión de residuos desarrollen un nuevo proceso o producto donde los consorcios microbianos y sus actividades tengan un papel clave. "Nuestros microorganismos se pueden utilizar en la gestión de residuos porque son útiles para la biorremediación", ha destacado.
Y el Director de Operaciones de Bioferric, Adrián Nadal, ha explicado cómo hace uso de partículas magnéticas para la descontaminación de efluentes industriales y purificación de compuestos. "Se puede utilizar para extraer contaminantes de forma selectiva y para purificar compuestos de valor añadido", ha subrayado.