El descenso de las poblaciones de aves migratorias de larga distancia ha sido a menudo considerado una consecuencia del deterioro de las condiciones en zonas no reproductivas. Si bien estudios anteriores sugerían que la disminución de las poblaciones de aves migratorias en Europa y América del Norte estaba causada por amenazas en África y países del sur, una nueva investigación internacional de seguimiento del alimoche –especie de buitre que figura desde 2007 en la lista de especies en peligro de extinción– indica lo contrario. El número de alimoches que mueren en Europa del Este y Oriente Medio es mayor que en el África subsahariana.
Tras dos décadas de seguimiento y estudio, un equipo formado por 38 investigadores de 12 países –entre los que figura el biólogo Pascual López-López (Institut Cavanilles de la Universitat de València)–, ha publicado nuevos resultados en la revista Journal of Animal Ecology. El trabajo está dirigido por Evan Buechley (HawkWatch Internactional, USA), Steffen Oppel (Centre for Conservation Science, Cambridge, UK) y Ron Efrat (University of the Negev, Israel).
Los científicos marcaron los ejemplares con dispositivos GPS de seguimiento a distancia para estudiar su comportamiento y mortalidad desde principios de la década de 2000; y recopilaron y analizaron datos de seguimiento por satélite de proyectos realizados en Europa, África y Oriente Medio, lo que les permitió estudiar los movimientos y el destino de 220 alimoches equipados con emisores GPS.
Además de una mayor tasa de supervivencia en el África subsahariana, los investigadores descubrieron que aproximadamente la mitad de las muertes cuya causa podía identificarse se debía a la intervención humana. Estas muertes se produjeron en todas las regiones del estudio y se debieron principalmente a la electrocución, a la colisión con infraestructuras energéticas, a la persecución directa por parte de los humanos –por ejemplo, por disparos o trampas– y sobre todo al envenenamiento. “La culpa de esta pérdida para la biodiversidad no puede recaer en los países del sur”, señala Evan Buechley, investigador principal del estudio. “Hacer frente a las amenazas de origen humano para los alimoches y muchas otras especies migratorias es responsabilidad de todos los países que forman parte de las rutas de migración”, añade el científico.
El estudio aborda, por otra parte, cuestiones fundamentales de la ecología, como los elevados costes ecológicos en términos de supervivencia de la migración de larga distancia, o importantes beneficios como el aumento de la productividad reproductiva en latitudes más altas. “Es necesario seguir investigando para evaluar los compromisos vitales en cuestión de supervivencia y reproducción a lo largo de todo el ciclo vital en esta especie en peligro de extinción”, comenta Pascual López. “Estudios como este ponen de manifiesto la necesidad de abordar la conservación de especies amenazadas mediante una aproximación internacional, más allá de las fronteras individuales de cada país. Las aves migratorias como el alimoche, que viven a caballo entre varios continentes –Europa, Asia y África–, son un ejemplo claro en este sentido”, concluye el investigador del Institut Cavanilles de la Universitat de València.
Referencia:
Differential survival throughout the full annual cycle of a migratory bird presents a life-history trade-off. Journal of Animal Ecology. Evan R. Buechley, Steffen Oppel, Ron Efrat, W. Louis Phipps, Isidoro Carbonell Alanís, Ernesto Álvarez, Alessandro Andreotti, Volen Arkumarev, Oded Berger-Tal, Ana Bermejo Bermejo, Anastasios Bounas, Guido Ceccolini, Anna Cenerini, Vladimir Dobrev, Olivier Duriez, Javier García, Clara García-Ripollés, Manuel Galán, Alberto Gil, Lea Giraud, Ohad Hatzofe, Juan José Iglesias-Lebrija, Igor Karyakin, Erik Kobierzycki, Elzbieta Kret, Franziska Loercher5, Pascual López-López, Ygal Miller, Thomas Mueller, Stoyan C. Nikolov, Javier de la Puente, Nir Sapir, Victoria Saravia, Cagan H. Sekercioglu, T. Scott Sillett, José Tavares, Vicente Urios, Peter P. Marra.
DOI: 10.1111/1365-2656.13449