La II edición del programa de aceleración Dinamiza, destinado a potenciar la creación de spin-offs del CSIC, presenta como casos de éxito el de las dos biotecnológicas valencianas nacidas en el Parc Científic de la Universitat de València
ADM Biopolis nació en 2008 como spin-off del Centro Superior de Investigaciones Científicas en el seno del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA-CSIC), ubicado en el Parc Científic de la Universitat de València. "Fuimos creciendo y a los cinco años tuvimos que decidir entre irnos al Parque Tecnológico o quedarnos en el PCUV. Al final impuse mi criterio de que me parecía más adecuado seguir en este entorno científico, pues nosotros somos una compañía generando conocimiento", rememora Daniel Ramón, cofundador de la empresa y vicepresidente de I+D en Nutrición y Salud.
Daniel Ramón ha relatado su experiencia como CEO de esta compañía en la jornada de presentación de proyectos del programa de aceleración Dinamiza, que promueve el CSIC con el apoyo de la Fundación Parque Científico de Madrid. En total, se han presentado 6 proyectos impulsados por equipos investigadores del CSIC que aspiran a alcanzar las cifras de facturación de compañías como Biopolis o Bioinicia, otro caso que se ha explicado como ejemplo de éxito.
Biopolis arrancó con 56.000 euros de tres inversores y con dos condiciones: no poder ir a fondo público y entrar en beneficios en dos años. "Con estas premisas uno se pone las pilas", señala Daniel Ramón. "Tanto es así que hace dos años nos adquirió una multinacional americana que se llama Archer Daniels Millers, que vende 70.000 millones dólares al año. En este momento somos 90% ADM y 10% CSIC. Esta participación es un tema importante para nosotros. También ha crecido nuestro equipo, hoy somos 70 profesionales", ha explicado.
La oferta tecnológica de ADM Biopolis es la búsqueda, el diseño y el desarrollo de microorganismos para fines industriales y relacionados con la salud. Entre los beneficios de estar instalados en el Parc Científic, donde cuentan con una planta de producción, Daniel Ramón subraya tres: "Estar en el PCUV nos ha servido para captar talento; nos ha permitido tener relaciones con empresas e institutos de investigación aquí instalados, con los que llevamos adelante proyectos de I+D+i; y nos confiere su propio entorno científico, ya que que cuando un cliente viene a verte, le cambia la actitud al ver que estás rodeado de conocimiento. Eso nos ha pasado multitud de veces con clientes que se han quedado asombrados de ver dónde estábamos. Y nos pasó con nuestro nuevo socio. Cuando llegaron los responsables de ADM, recuerdo que las primeras cosas que dijeron fue: ‘Estáis en el sitio perfecto y no hay que moverse de aquí’".
Procesos electrohidrodinámicos
Por su parte, Bioinicia, también nacida como spin-off del IATA-CSIC en el Parc Científic de la Universitat de València, es una empresa dedicada al desarrollo y fabricación de materiales nano y microestructurados mediante procesos electrohidrodinámicos (electrospinning y electrospraying) y que proporciona equipos de electrospinning de primera calidad para procesos desde el laboratorio hasta la escala industrial.
José María Lagaron, investigador del CSIC y cofundador de Bioinicia
"Hemos desarrollado productos micro/nanoestructurados para una amplia variedad de aplicaciones, entre ellas: filtración, agroquímicos, materiales funcionales, textiles, pilas de combustible, etc... aunque el foco se encuentra en los campos farmacéutico, biomédico, cosmético y de encapsulación de alimentos-nutracéuticos", ha detallado José María Lagaron, cofundador e investigador del CSIC.
En el marco de la pandemia, la empresa valenciana, hoy ubicada en el Parque Industrial Táctica de Paterna, está fabricando rollos con nanofibras para filtros y mascarillas de uso médico. El investigador ha resaltado que Bioinicia ha logrado las tres principales certificaciones de Aitex: FFP1, FFP2 y FFP3, según el nivel de protección del tejido frente al Covid-19. Con la primera, de cada 100 virus pueden pasar 20, con la segunda dos, y con la última, la más restrictiva, podría colarse uno de cada 100.