Bajo el título Innovación desde el aire: Drones y UAS frente a escenarios extremos, el Parc Científic de la Universitat de València (PCUV) reunió el pasado 11 de diciembre a especialistas del ámbito de la investigación y la empresa para analizar la implementación de los vehículos aéreos no tripulados en la gestión de emergencias climáticas, como la DANA de 2024. A lo largo de la jornada, las personas ponentes coincidieron en subrayar la necesidad de una colaboración estrecha entre administraciones públicas, sector científico y tejido empresarial para que las innovaciones tecnológicas puedan aplicarse en tiempo real y de manera eficaz durante las catástrofes naturales
Apertura institucional: tecnología y resiliencia territorial
La sesión contó con una apertura institucional a cargo de Fernando Zárraga Quintana, gerente de la Fundació Parc Científic de la Universitat de València, y de Francisco Javier Sogorb Guerra, subdirector general de Avance de la Sociedad Digital y de las Tecnologías Habilitadoras Digitales de la Generalitat Valenciana.
Durante su intervención, Fernando Zárraga Quintana destacó que la jornada abordaba una “cuestión clave para nuestro presente y nuestro futuro”, especialmente tras la DANA de 2024, que “puso en evidencia la vulnerabilidad de nuestro territorio y cómo la tecnología puede contribuir a mejorar su resiliencia”. Asimismo, subrayó que, a través de este tipo de encuentros, el Parc Científic UV persigue que la innovación salga de los laboratorios y conecte las capacidades tecnológicas existentes con las necesidades territoriales reales de la Comunitat Valenciana y del conjunto del país.
La DANA de 2024 evidenció la vulnerabilidad del territorio y la necesidad de aplicar tecnología aérea en la gestión de emergencias climáticas
Por su parte, Francisco Javier Sogorb Guerra puso en valor el papel de los parques científicos como colaboradores necesarios para asegurar la transferencia de conocimiento ante retos de gran envergadura como el cambio climático, responsable en los últimos años de episodios de DANA o grandes incendios forestales. En este contexto, señaló que la implementación de la innovación y de las tecnologías habilitadoras digitales resulta fundamental para adaptarse a estos cambios y mejorar la respuesta ante situaciones de emergencia.
Investigación y empresa: el papel de los UAS para la resiliencia territorial
Tras la apertura institucional, la jornada dio comienzo con el bloque “Investigación y empresa: el papel de los UAS para la resiliencia territorial”, integrado por una serie de ponencias a cargo de personal investigador y representantes de empresas del sector aeronáutico especializados en sistemas aéreos no tripulados.
La primera intervención fue la de César Azorín Molina, científico titular en el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA), quien presentó el proyecto Meteo-Dron, centrado en la evaluación de la variabilidad y el cambio climático, especialmente en lo relativo al viento y a los fenómenos meteorológicos extremos. El Meteo-Dron se concibe como un sistema operativo de bajo coste y alta precisión que complementa a los tradicionales globos sonda, los cuales solo ofrecen dos mediciones diarias. Frente a ello, el uso de drones permite obtener perfiles atmosféricos mucho más frecuentes, incluso horarios, especialmente en la capa límite, donde se desarrollan la mayoría de los fenómenos meteorológicos relevantes.
Más allá de la predicción meteorológica, César Azorín Molina destacó la utilidad de esta herramienta en ámbitos como la prevención de incendios forestales, el apoyo a quemas prescritas y, potencialmente, la gestión de emergencias. “Se trata del primer meteodrón operativo en España. La Comunitat Valenciana tiene la oportunidad de posicionarse como referente en su uso aplicado”, afirmó.
Drones y resiliencia territorial en zonas rurales
A continuación, intervino Elisa Yuste Aguilera, piloto e instructora de vuelo, profesora en la Cátedra de Drones y Aviación Civil de la UNED en Teruel y directora de marketing del Grupo Delsat, quien centró su ponencia en la aplicación de los drones para la resiliencia territorial. Yuste puso el foco especialmente en las zonas rurales, donde destacó la utilidad de los UAS en operaciones de emergencia y rescate, al permitir el acceso rápido a áreas aisladas o de difícil acceso, apoyar la búsqueda de personas, evaluar escenarios de riesgo y transportar suministros o medicamentos a lugares incomunicados.
Capacidades científicas y colaboración con empresas
La siguiente ponencia corrió a cargo de Ana Isabel Delgado Belmar, agente de innovación en la Unidad Científica de Innovación Empresarial (UCIE) del Instituto de Física Corpuscular (IFIC), quien explicó qué es la UCIE y los servicios que ofrece el IFIC, además de realizar un llamamiento a la colaboración con las empresas asistentes. Entre las capacidades del instituto, subrayó la oferta en electrónica avanzada, especialmente en prototipado y fabricación de pequeñas series, los servicios de ingeniería mecánica y fabricación avanzada, así como la infraestructura de computación avanzada orientada a inteligencia artificial, poniendo en valor la plataforma Artemisa.
Tecnología UAS ya operativa en entornos extremos
Seguidamente, Carlos Lázaro Echavarría, responsable de desarrollo de negocio y marketing en UAV Navigation – Grupo Oesía, expuso los más de 20 años de experiencia de su compañía en el desarrollo de sistemas aéreos no tripulados. Lázaro subrayó que su tecnología se encuentra ya en uso real y opera en entornos extremadamente hostiles, como el conflicto bélico en Ucrania, lo que exige una respuesta inmediata, alta fiabilidad y autonomías muy prolongadas, con UAV capaces de volar durante más de 10 a 15 horas.
La tecnología basada en drones y UAS ya está disponible y es madura; el principal reto es su aplicación efectiva en situaciones reales de emergencia
El ponente concluyó señalando que no existe un único dron válido para todas las situaciones y que, en función del escenario, pueden ser necesarias plataformas de ala fija, helicópteros no tripulados o UAV de gran autonomía. En este sentido, recalcó que la tecnología ya está disponible y madura, y que el principal reto reside ahora en su utilización efectiva en contextos como las DANAs, los incendios forestales o las emergencias complejas.
Inteligencia artificial para la predicción de fenómenos extremos
A continuación, Verónica Nieves Calatrava, responsable de la Unidad Ai4Oceans en el Laboratorio de Procesado de Imágenes (LPI), explicó que su equipo desarrolla una técnica avanzada de predicción de fenómenos extremos basada en modelos de clasificación mediante aprendizaje automático, cuya eficacia ya ha sido demostrada en contextos prácticos. Estos desarrollos presentan una clara utilidad para la gestión del riesgo, la protección civil, la planificación territorial y los servicios meteorológicos.
Nieves destacó el potencial de transferencia y explotación comercial de estas soluciones, que pueden ofrecerse como productos de software a administraciones públicas o a empresas vinculadas a la gestión de riesgos climáticos y la planificación urbana. No obstante, matizó que para que la inteligencia artificial pueda aprovechar plenamente este potencial es imprescindible disponer de series históricas largas y diversas que permitan entrenar modelos robustos y generar predicciones fiables.
Regulación y certificación en el sector aeronáutico
La última ponencia del bloque fue la de Antonio Bedmar González, CEO de Abionica Solutions, quien señaló que uno de los principales retos del sector aeronáutico es su elevado nivel de regulación, que obliga a que cualquier modificación tecnológica pase por complejos procesos de evaluación, certificación y cumplimiento de estándares. En este contexto, evidenció la importancia de la colaboración estrecha con universidades, centros de investigación y administraciones públicas. Ante estas dificultades, explicó que su empresa ofrece servicios de consultoría especializada y productos propios, como sistemas de control de vuelo de arquitectura abierta.
Mesa redonda: de la innovación a la aplicación real
La segunda parte de la sesión se articuló en torno a la mesa redonda Tecnologías aéreas en acción: retos y posibilidades en la respuesta a emergencias, moderada por Kristin Suleng, coordinadora de Innotransfer en el Parc Científic UV y técnica responsable del Área de Comunicación y Marketing de la Fundació Parc Científic de la Universitat de València (FPCUV). En el debate participaron César Azorín Molina, Elisa Yuste Aguilera, Luis Vicente Galindo Sánchez, director institucional de IMS Drones, y Carlos Lázaro Echavarría, y se analizaron los principales desafíos para la implementación efectiva de los drones en la gestión de emergencias climáticas.
Especialistas advirtieron de que España está quedándose rezagada en la incorporación operativa de drones a los sistemas de observación y gestión del riesgo climático
En su intervención, Elisa Yuste Aguilera subrayó la importancia de la rapidez en la toma de decisiones y advirtió de que, aunque la captura de datos mediante drones es técnicamente viable, con frecuencia estos no se traducen en decisiones operativas o políticas concretas, quedando relegados a estudios sin impacto real.
Por su parte, Luis Vicente Galindo Sánchez señaló la legislación como uno de los principales obstáculos para el desarrollo de una tecnología competitiva y eficiente, al tiempo que reclamó una mayor valoración del talento y de la industria tecnológica española, que ya se sitúa entre las más avanzadas de Europa en este ámbito.
Vuelve a ver la Jornada de Innotransfer "Innovación desde el aire: Drones y UAS frente a escenarios extremos"
Observación meteorológica, certificación y confianza
César Azorín Molina advirtió de que España se está quedando rezagada respecto a otros países en la incorporación operativa de drones a los sistemas de observación meteorológica. Asimismo, subrayó que cuantas más observaciones se incorporan a los modelos numéricos, mayor es la precisión de las predicciones y mejores las decisiones en la gestión del riesgo, especialmente ante fenómenos severos como DANAs, tornados, vientos extremos o tormentas intensas.
Finalmente, Carlos Lázaro Echavarría destacó que la certificación es un elemento clave para el despliegue de drones, especialmente de gran tamaño, ya que las autoridades necesitan confianza en que una operación no generará un riesgo mayor que el problema que pretende resolver. En este sentido, señaló que no basta con acumular horas de vuelo, sino que es imprescindible demostrar la seguridad operativa ante fallos críticos, vinculando certificación e innovación como condiciones indispensables en un sector altamente exigente.
La colaboración entre administraciones públicas, comunidad científica y empresas es clave para que la innovación llegue al territorio cuando más se necesita
Con este tipo de jornadas, el Parc Científic de la Universitat de València consolida su papel como nexo entre el ámbito investigador, el empresarial y las administraciones públicas, impulsando el abordaje de retos como el cambio climático a través de la tecnología y la innovación.
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