Un equipo del Image Processing Laboratory (IPL), ubicado en el Parc Científic de la Universitat de València, participa en el proyecto CIMR L2 PAD para desarrollar el procesador que permitirá estimar las principales variables climáticas del planeta a partir de datos de satélite CIMR de la ESA. Con CIMR, la Agencia Espacial Europea busca salvaguardar las regiones polares de los devastadores efectos, a escala global, del cambio climático. La UV creará los algoritmos para estimar parámetros como el contenido de agua del suelo o la temperatura de la superficie terrestre, entre otros. El proyecto contribuirá a aumentar las capacidades del servicio europeo Copernicus, el principal proveedor mundial de datos de observación de la Tierra.
CIMR L2 Product and Algorithm Development (PAD) es un elemento esencial de la misión CIMR (Copernicus Imaging Microwave Radiometer), diseñada para salvaguardar el Ártico de los mayores aumentos de temperatura que sufre el planeta y afrontar un posible escenario futuro sin la presencia de hielo marino. Se trata de una de las seis misiones ‘Copernicus Sentinel Expansion’ que la Agencia Espacial Europea (ESA) está desarrollando para expandir las capacidades del programa Copernicus.
El proyecto CIMR L2 PAD desarrollará el procesador de datos que se encargará de obtener las variables climáticas más necesarias a partir de datos captados por el radiómetro más grande y preciso de la ESA, que será lanzado a finales de esta década a bordo de CIMR y que proporcionará mediciones sin precedentes sobre el hielo marino, el océano y la tierra global. Serán datos referentes a la temperatura de la superficie del mar y de la superficie terrestre, la salinidad, el viento oceánico, el estado de la nieve o la humedad del suelo, entre otras muchas variables fundamentales para comprender la evolución del clima y atender a los problemas de calentamiento acelerado de la zona polar ártica que tanto afectan a los patrones climáticos globales, a las poblaciones humanas y a la vida en el planeta Tierra.
“Por primera vez podremos observar variables fundamentales del ciclo de agua del planeta, como son el espesor del hielo marino, la salinidad de los océanos y la humedad del suelo desde una misma plataforma, con una revisita diaria y con una precisión y resolución espacial sin precedentes”, Maria Piles, investigadora del Image Processing Laboratory (IPL)
Dirigido por Maria Piles, ingeniera de Telecomunicaciones e investigadora del Image Processing Laboratory (IPL), ubicado en el Parc Científic de la Universitat de València, el equipo se encargará de desarrollar los algoritmos que estimarán la humedad del suelo y el contenido de agua en la vegetación, así como la temperatura de la superficie terrestre, y detectará la presencia de aguas inundadas. Para ello, el equipo de la UV utilizará las futuras mediciones de microondas del satélite CIMR, mejorando las capacidades europeas de observación de la Tierra. “Este proyecto supone un salto significativo en la tecnología de observación de la Tierra”, comenta María Piles. “Por primera vez podremos observar variables fundamentales del ciclo de agua del planeta, como son el espesor del hielo marino, la salinidad de los océanos y la humedad del suelo desde una misma plataforma, con una revisita diaria y con una precisión y resolución espacial sin precedentes”, añade la científica valenciana.
Como rasgo distintivo, el proyecto se desarrolla desde un enfoque de código abierto para los llamados Documentos de Base Teórica de Algoritmos (ATBDs) y para el software, promoviendo los principios FAIR (Findability, Accessibility, Interoperability and Reusability), es decir, procurando una ciencia transparente y reproducible.
CIMR L2 PAD se lleva a cabo mediante un consorcio de expertos y organizaciones europeos dirigido por el Meteorologisk Institutt (MET) de Noruega. Además de la Universitat de València, el consorcio está formado por 12 socios, entre centros de investigación, universidades y empresas privadas.
La Agencia Espacial Europea ha difundido recientemente un vídeo sobre CIMR, una misión que buscará soluciones al problema del deshielo en el Ártico, aprovechando las capacidades del que será el radiómetro más grande y preciso de la ESA y dando un paso de gigante en tecnología de observación de la Tierra.